martes, 11 de septiembre de 2012

Al despertar






Ese despertar no fue como los demás… recordaría siempre la sensación de encantamiento y ligereza en la nuca, jamás borraría de sus sueños a los ríos cantores que le decían adiós entre boleros; llevaría para siempre las marcas de la lucha. Es imposible olvidar una mañana como esa.


Cuando abrió los ojos el blanco lo invadía todo y su nariz rozaba el techo. Al girar la cabeza descubrió que el foco de la habitación no colgaba, más bien emergía como una flor. Entonces se dio cuenta de que eso no era un sueño: de verdad estaba flotando panza arriba en el cuarto. Lo más complicado fue darse la vuelta, aunque se impulsaba con todas sus fuerzas usando los brazos y piernas, siempre regresaba el mismo punto, a poner el rostro en esa mancha con la forma de los reyes magos que todas las mañanas observaba desde su cama. Gritó pidiendo ayuda pero nadie acudió a su auxilio, lloraba y sus lagrimas se le metían en las orejas recordándole el cantó de esos ríos que toda la noche le advirtieron su suerte.


Después de horas o minutos (no puede recordar exactamente el tiempo en esa situación) pudo dar un impulso tan grande que su cuerpo giro en el aire, no sin antes golpease con la cabecera, rasparse con la comoda y rasgar su pijama con los filos dorados de la mesita de noche. Por fin podía ver todo el panorama desde arriba, ahora sí podría pensar en qué haría a continuación, pero se le complicaba dejar de llorar al imaginar cómo todo lo que conocía cambiaría para siempre. Seguro su familia viviría triste por tener una hija voladora y su novio buscaría a una mujer que no fuera flotando por ahí. Todo era muy desolador desde allá arriba.


Al atardecer, como todos los días observo su ventana. Afuera era otoño y el aire tenia ese sabor a dulce de leche, el ocre de los árboles daba brillos finos al sol llenado la habitación de una luz suave. Con la espalda pegada al techo ella observaba con infinita tristeza el horizonte, hasta que se agarro de los muebles y cortinas para poderse acercar a la ventana ya que le parecía imposible dejar de ver el sol. Ella pensaba que todo había terminado. Qué sería de sus pies sin tocar el suelo. El llanto brotó de sus ojos a borbotones y en su nariz se paro una polilla, que al despegar y seguir su vuelo le dejo algo de polvo en el rostro. Fue entonces que lo entendió todo, así que se despidió de su antiguo mundo y salió volando por la ventana, los vecinos cuentan que la vieron desaparecer rumbo al sur, pero yo sé que ahora viaja con rumbo incierto, porque el otro día apareció en mi ventana una postal de un país que no encontré en los mapas y al reverso decía con letra de molde, la vida es un viaje.



SIN FIN….


jueves, 26 de enero de 2012

Zapatos nuevos


La pequeña grulla le pidió al sol unos zapatos nuevos para bailar con el mar,
el sol le dio una zapatillas rojas hechas de luz. La pequeña ave con sus zapatos nuevos posa frente al mar y baila con él cuidando de no mojar sus bellos pies vestidos. Las olas van y vienen al ritmo que canta la luna, la grulla entra y sale del baile lineal siempre cuidando no tocar el agua.


SIN FIN...

viernes, 20 de enero de 2012

Casualidad


Una mantarraya se enojo porque le cayó una estrella en la cabeza,
ella busco un tobillo que picar y.... ahí estabas tu.

jueves, 19 de enero de 2012

El mar

Que bello es el mar...

Lula Reyna


Larga Vida a la Reyna
Una ilustración hecha hace algún tiempo para el disco de Lula Reyna,
una experiencia muy linda.